Durante algún periodo fue sede de noviciado, pero más a menudo fue sede de colegio. La iglesia fue consagrada el 12 de julio de 1713. En previsión de la supresión bajo Murat, el 16 de agosto de 1808 fue realizado un inventario del convento por el lugarteniente regio Domenico Perna y por el alcalde Felice Di Mattia. Una copia de este inventario fue entregada al superior, p. Felice de Gildone. El convento no fue suprimido gracias a la enérgica intervención del alcalde quien lo motivó con el apostolado generoso llevado a cabo por los frailes “por la utilidad de las Misas y de los Sacramentos” y porque los Hermanos son muy ejemplares y que el pueblo vive muy satisfecho y estaría verdaderamente de luto si quedase sin este convento que representa el único consuelo del mismo, al cual con mucha voluntad lo ayudan mediante limosnas para mantener actualmente a dieciséis personas”.
Otra razón presente en la solicitud hecha por el alcalde para la no supresión fue que en el convento se encontraba la única fábrica para la producción del paño destinado a los hábitos de todos los religiosos capuchinos de la provincia “S. Angelo”. Fue cerrado en 1867 volviéndose propiedad de la Caja Eclesiástica – Fondo para el Culto. El 10 de junio de 1867 el Fondo cedió todo el edificio al ayuntamiento de S. Marco. Fue abierto de nuevo gracias al interés del provincial, el p. Pío de Benevento. Nel 1922 el Fondo para el Culto cedió el entero edificio al Obispo. El 1 de junio de 1966, mons. Cunial, obispo de Lucera, devolvió el convento al Ente Provincia Monástica, pero esta donación no fue considerada válida por el Ministerio del Interior, ya que el obispo no era el propietario del convento sino sólo el usufructuario.